DAVID GILMOUR: "RATTLE THAT LOCK". Crítica del disco

(Tiempo de lectura: 2'15'')

Cuando hace un par de meses os hablaba del nuevo trabajo de David Gilmour en solitario no éramos muchos los que esperábamos gran cosa, visto y oído el primer single de adelanto que da título al disco. Tampoco es que creyera que iba a ser una basura pero pensaba que sería algo como para tener de fondo en la consulta del dentista o darle en casa tres o cuatro pases, no más. Pues bien, de nuevo me equivoqué y creo que muchos también. El tío se ha sacado un disco delicioso y a estas alturas. Como siempre, las canas mandan y se comen los granos y las nuevas barbas con patatas. ¿Y qué necesidad tenía Gilmour a estas alturas de esmerarse tanto? Artisticamente está claro que ninguna pero económicamente seguro que muchas. Me explico. Hay gente que cree que la economía es algo estático: tú ganas cierto dinero durante toda tu vida, lo depositas en una piscina cual tío Gilito y ahí está esperando por ti para ir tirando. Creen que tienes que hacerlo muy mal para acabar con todo lo depositado y que el dinero siempre irá a más. Nada más lejos de la realidad. El dinero es dinámico y está moviéndose de un lado para otro, invertido en diversos (o no tan diversos) sitios, produciendo riqueza y esperando el retorno de una rentabilidad adecuada. Como no siempre ocurre así por una y mil cosas y no siempre hay cash suficiente, de vez en cuando hay que girar. Los hay que giran igual sin necesidad de sacar ningún disco. Otros, sin embargo, necesitan producir como disculpa para ir por el mundo como le pasa al ex-bello compositor.

Pero vayamos al grano. Como digo, el guitarrista nos ha dejado boquiabiertos a unos cuántos con un estupendo trabajo que consta de diez composiciones donde no hay ni una canción de relleno. Pareciera como si su intención fuera decirle al mundo: aquí estoy, mirad de lo que soy capaz y que quede claro que no habrá reunión de Pink Floyd porque ha mí no me da la gana y punto. Está claro que mientras Gilmour y Waters sean capaces de ganarse la vida por separado, no habrá reunión a la vista. Lo mismo que les pasa a Plant y a Page, vaya.

Rattle That Lock es un disco hiriente pero de contrastes: tan pronto estás en una nube dando las gracias a Dios por existir como, de repente, estás sumido en la más honda melancolía. Le decía a Rockland el otro día que mientras lo escuchaba le quería aún más y, sin embargo, hoy no he dejado de llorar al ponerlo. No hay tonalidades grises, para eso ya tenemos el cielo de Gijón. Podría decirse que es un nuevo disco de Pink Floyd sin lugar a dudas. La suave voz de Gilmour es fundamental en un disco de este calibre. Su delicada forma de cantar, la belleza de sus solos, el saber esperar la nota adecuada, el no tener complejos de ningún tipo, el conocer e intuir lo que la gente espera de ti y agradar... Las atmósferas, la indisimulada influencia beatleiana... Es una maravilla.

Si eres de los que te quedaste sólo en el single, no te fíes mucho. Te despista completamente y puedes llegar a pensar que es una frikada de genio not in your cup of tea. Si eres amante de la grandiosa banda británica no te decepcionará. Desde esa obertura instrumental que es 5 A.M., pasando por la obsesiva pero bailable Rattle That Lock, siguiendo con la circense Faces Of Stone, la coral A Boat Lies Waiting, la beatleiana Dancing Right In Front Of Me, la absolutamente demoledora In Any Tongue, la atmosférica y pinkfloydthewalliana (perdón por el trabalenguas) Beauty, la jazzera y deliciosa The Girl In The Yellow Dress, la beatle-pinkfloydiana Today hasta dar el carpetazo final con la esperanzadora And Then...

Concluyendo: creo que disco del año en estos momentos. Veremos cuando haga el repaso antes de que acabe este 2015 pero estoy completamente rendida ante tal exquisitez.

Nota: 9'75