STACIE COLLINS, Sala Acapulco, Gijón. Crónica fotos y vídeo

Uf, hacía tiempo que no me ponía a redactar una entrada por la noche, como antaño, y la verdad, estoy un poco espesa. Hace no mucho que llegué a la conclusión de que lo único que me despierta después de comer es darle a la tecla, así que espero que me despeje un poco pero sin llegar a desvelarme por completo.

Aún tengo fresco el concierto de ayer noche pero espero que los más puntillosos me disculpen si meto la pata en el set list. Además, ayer, cual principiante, se me olvidó coger el dichoso listado que tanto me ayuda a la hora de hacer las crónicas de conciertos. Es lo que tiene haberse movido desde la primera fila a atrás del todo por culpa, como de costumbre, del atronador volumen en la recta final del bolo. Pero salvando ese lunar, se podría decir que anoche pasamos una dinámica y agradable velada de rock and roll.

Como ya os había comentado, esta era la segunda vez que Stacie Collins se dejaba caer por la ciudad y las buenas referencias de la primera vez nos hizo mover el culo hasta la sala Acapulco. Los vídeos que tuve ocasión de visualizar también daban muestras de que, al menos, no nos aburriríamos. Parecía un huracán en escena y quisimos comprobarlo como así fue.

Con sólo un cuarto de hora de retraso (algo muy de agradecer) salió Stacie a comerse el mundo, pasar un buen rato y hacer que los que allí estábamos nos olvidáramos de todo lo demás. Llevamos tiempo algo cansados de grupos de sala que salen al escenario con desgana, cumplen con un puñado de canciones y poco más. Bueno, pues puede decirse que la señora Collins tenía gana de rockear.

El grupo, un cuarteto básico más el toque siempre agradecido e injustamente olvidado ultimamente de la armónica, repasó sus dos discos en estudio, algún tema nuevo y dio rienda suelta a unas cuántas versiones. Que yo recuerde y así, en frío, pasaron los Ozark Mountain Daredevils con If You Wanna Get To Heaven, Georgia Satellites con Keep Your Hands To Yourself, Hendrix con Fire, un medley formado por Baby Please Don’t Go/Shakin’ All Over/Baby What You Want Me To, para terminar poniendo la sala patas arriba con AC/DC y su It’s A Long Way To The Top (If You Wanna Rock ‘N Roll). Y todo ello regado por su buen hacer, sus ganas de agradar y sus idas y venidas por la sala, incluida una subida a la barra del bar.

En definitiva, un show nada pretencioso, perfecto para animar quizá algunos ánimos alicaídos con la llegada del otoño y con una mujer que se ganó con creces el pan que comió.