Canciones para hacer el amor #8: "Slave" (The Rolling Stones)

Tras quince días de sequía amorosa, blogueramente hablando, retomamos las buenas costumbres. La noche del miércoles tuvo lugar en el Fonda Theatre de Los Ángeles un show sorpresa de The Rolling Stones, cascándose entero el Sticky Fingers y ante 1.200 estupefactos espectadores que no daban crédito a lo que estaban asistiendo. La foto es de esa bendita velada y, como veis, a Jagger se le queda pequeño el escenario. Muchos hubiéramos matado a quien fuera por haber estado ahí, pero como no tenemos el don de la ubicuidad ni idea de que pudiera suceder algo así, nos conformamos babeando con algún vídeo y con la idea de qué pudo ser aquéllo. Además, a mí me sirve para enlazar mi love song del viernes.

Cuando tomamos como referente a una de las bandas más grandes del planeta (si no la mayor), en lo relativo al tema sexual nos podemos encontrar con un buen puñado de canciones que irían como anillo al dedo para estas situaciones. Cada uno tendremos las nuestras, unas más lentas, otras más movidas, otras más sucias u otras más pendencieras. En este último grupo incluiría Slave, un tema que siempre me ha sugerido un juego erótico a dos de yo te busco y tú te escondes, yo te beso y tú te escapas. Y explico el porqué. El disco Tattoo You era otro de los que adornaban el mueble del salón. Lo escuchaba con cierta frecuencia y cuando le tocaba el turno a Slave yo siempre cantaba: "I wanna be your slave",  que es justo todo lo contrario a lo que dice la letra: "Don't wanna be your slave". Entre mis fantasías, ese ritmo vacilón,  ese riff socarrón y ese "Do it, do it, do it, do it, do iiit", creía tener claro de que iba el tema, así que siempre lo relacioné con eso en lo que pensáis tan a menudo y no deberíais. ¿O era al revés?

Quizá haya gente que no le vea el erotismo por ningún lado y sean sólo cosas mías pero os garantizo que es excelente para una noche de diversión, de complicidad con tu pareja, de eso que os comentaba antes: él se acerca, yo me alejo; yo me insinúo pero me resisto... En fin, todas esas cosas que ya deberíais saber a estas alturas y si no ya estáis tardando. No se puede tener 40 años, vivir con mamá, papá o la tata y no tener intimidad para disfrutar como Dios manda de canciones como esta. No os digo más, os estáis perdiendo demasiadas buenas cosas y, lo peor de todo, es que no os dais ni cuenta.