Hoy cummple 66 años uno de los iconos de la música popular de todos los tiempos. Señores y señoras, con todos ustedes, SIR PAUL McCARTNEY:
Todavía recuerdo aquella fantástica noche en Gijón, una primavera del 2004, a pesar de la gran mayoría de público, que habían entrado sin pagar aprovechando una promoción de cierta compañía telefónica, y no sabían de qué iba el tema. Traer a un Beatle a tu ciudad debería ser todo un acontecimiento histórico (e histérico en este caso) para dicha ciudad y ésta debería responder como se merece tratándose de un icono de la cultura como es este señor. Pues bien, nada más lejos de esto. Se habían puesto las entradas a la venta hacía ya unos meses y la ciudad seguía sin responder. El día anterior al evento, sólo se habían vendido unas 9000 entradas con lo cual decidieron regalar montones de tickets al día siguiente con la bendita-maldita promoción, no fuera a ser que el señor McCartney tocara en el Molinón para una cuarta parte del aforo. Y claro, allí entró todo cristo, desde ancianos que pasaban por allí a teenagers que iban a ver al abuelo. Mientras unos se quedaban mirando todo lo que por sus narices pasaba otros-as se ponían a bailar rumbas al compás del "All my loving". En ese sentido fue un desastre pero por otro lado tenías delante de tus narices a uno de tus ídolos de la niñez (y de ahora, qué demonios). Cuántas carpetas y libros de colegio primero e instituto después con la imagen del Beatle. Desde el primer tema hasta el último fueron cayendo clásico tras clásico y yo no daba crédito de lo que estaba presenciando. Tantos años soñándolo y ahora era por fin realidad. La única pena que tengo es no haber podido conseguir una foto o autógrafo, otra vez será. Pero no en esta ciudad porque no creo que se atrevan a repetir artista después de lo visto. En fin, tenemos lo que nos merecemos, ni más ni menos.
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