LOU REED & METALLICA: "LULU". Crítica del disco

Allá voy. Después de las amenazas de muerte que está sufriendo el bueno de Lou Reed, da como un poco de reparo hacer la crítica de este disco. Sobre todo porque después de unas cuantas escuchas, me atrevo a decir que es álbum altamente interesante. Ya habíamos oído hace algún tiempo uno de los temas que habían sido colgados en la red, como era “The View” y a mí particularmente me había atraído bastante. Ahora ya podemos desgranarlo entero así que podéis seguir leyendo si gustáis.

Este “Lulu” está dividido en dos partes y de ambas podemos sacar buenas conclusiones. No digo que sea un disco brillante de principio a fin. Es una obra algo compleja por no decir bastante. La mezcla de dos pesos pesados como Metallica y Lou Reed puede parecer extraña, casi antagónica, pero hay algo en el ambiente que me hace prestarle atención.

Empezamos con esa primera parte que componen los seis primeros temas. Cuatro a dos podría ser el resultado, es decir, cuatro temas buenísimos por otros dos que te pueden llegar a desquiciar como andes un poco bajo de moral. “Brandeburg Gate” es Lou Reed en estado puro, pero el Lou Reed que a todos nos maravilló hace ya demasiados años. “The View”, como ya había comentado es un extraño collage entre las estrofas típicas de Lou y los riffs atronadores de Metallica, que sin embargo te atrapa sin razón aparente. Llegamos a “Punping Blood” y a “Mistress Dread”, que las coloco juntas por ser las dos que pueden alterar tus nervios de una forma notable. Yo me las he tomado como una pequeña “rareza” dentro del conjunto pero sé de uno que echa pestes cada vez que las oye, con eso digo todo, sobre todo la delirante “Mistress Dread”. Pasado el susto, volvemos a disfrutar de “Iced Honey”, otra vez con el señor Reed en todo su esplendor, y de la extensna “Cheat On Me”, con una intro de casi 5 minutos algo excéntrica pero con un contundente estribillo en la segunda fracción del tema.

Una vez ya acostumbrados a este experimento, nos acercamos ya con menos prejuicios a la segunda parte del álbum, que compone los últimos cuatro cortes. “Frustration” se me antoja de lo mejor del disco y es una canción que bien podría haber compuesto los mismísimos Kyuss encajando la voz de John García como dedo a un guante. Puro stoner señores. “Little Dog” es uno de esos temas que bien podrían acompañar a una secuencia cinematográfica donde sabes que algo malo va a pasar. No es imprescindible que digamos vaya y si te la saltas tampoco pasa nada por muy obra conceptual que parezca encaminada a ser este “Lulu”. “Dragon” es cuando el asesino de la película comienza a descuartizar a sus víctimas y te hace sentir tremendamente incómodo. Con “Junior Dad” llega al fin la calma y es un bonito y larguísimo tema para despedir este atípico examen, que perfectamente podía haber acabado en el minuto 10 y no en el 19.

Resumiendo, un siete a tres como conclusión final, que tampoco está tan mal en los tiempos que corren y dadas las reticencias que teníamos todos ante esta “extraña pareja”. Y de postre, uno vídeo de hace tan sólo dos días en la BBC.

Y otro en un programa de radio en Alemania.