Fue la última de las cuatro hermanas en morir. Aún quedaría un hermano mayor que falleció hace un par de años a los noventaitantos. Hoy hace un lustro que me dejaba la mujer que más he querido en mi vida. Ahí la veo, erguida y con un traje gris perla que le sentaba como un guante. Con un cutis perfecto, se fue de este mundo sin una santa arruga a pesar de la enfermedad. Yo no concebía la vida si la abuela y siempre pensé que sería eterna pero ya hace 5 años y un día desde aquella especie de despedida abrazándonos a todos uno por uno como si supiera que al día siguiente iría a reunirse con su apuesto marido. Se fue relajada y tranquila, como debe ser. Hoy he ido al cementerio, como de costumbre, a cambiar las flores y limpiar la lápida. Hasta pocos meses antes de su muerte, siempre iba con ella, me contaba refranes, nos sentábamos en un banco de camino y cogíamos un poco de laurel. Esas mañanas eran mis preferidas e íbamos cogidas del brazo a ver la tumba del abuelo. Le prometí que cuando ella faltase aquello siempre estaría limpio y les iría a visitar muy a menudo. Me encanta ir a verles, besar el mármol donde lucen sus nombres y rezar un Padre Nuestro y un Ave María. No soy creyente pero ella lo hacía y estoy segura de que le encanta que lo haga yo. Aún me acuerdo de aquellos rezos, del Colegio, y me siento bien creyendo hacer feliz a mis abuelos aunque ya no estén entre nosotros. Yo los sigo sintiendo muy cerca y parece como si los oyera decir: "Mira Pablo, ahí viene Paula a adecentar un poco esto y, vaya por Dios, ya está llorando" con una sonrisa pícara en sus labios. Abuela, son cinco años pero sigo acordándome de ti cada día.
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lunes, 3 de agosto de 2015
5 años sin la abuela
Fue la última de las cuatro hermanas en morir. Aún quedaría un hermano mayor que falleció hace un par de años a los noventaitantos. Hoy hace un lustro que me dejaba la mujer que más he querido en mi vida. Ahí la veo, erguida y con un traje gris perla que le sentaba como un guante. Con un cutis perfecto, se fue de este mundo sin una santa arruga a pesar de la enfermedad. Yo no concebía la vida si la abuela y siempre pensé que sería eterna pero ya hace 5 años y un día desde aquella especie de despedida abrazándonos a todos uno por uno como si supiera que al día siguiente iría a reunirse con su apuesto marido. Se fue relajada y tranquila, como debe ser. Hoy he ido al cementerio, como de costumbre, a cambiar las flores y limpiar la lápida. Hasta pocos meses antes de su muerte, siempre iba con ella, me contaba refranes, nos sentábamos en un banco de camino y cogíamos un poco de laurel. Esas mañanas eran mis preferidas e íbamos cogidas del brazo a ver la tumba del abuelo. Le prometí que cuando ella faltase aquello siempre estaría limpio y les iría a visitar muy a menudo. Me encanta ir a verles, besar el mármol donde lucen sus nombres y rezar un Padre Nuestro y un Ave María. No soy creyente pero ella lo hacía y estoy segura de que le encanta que lo haga yo. Aún me acuerdo de aquellos rezos, del Colegio, y me siento bien creyendo hacer feliz a mis abuelos aunque ya no estén entre nosotros. Yo los sigo sintiendo muy cerca y parece como si los oyera decir: "Mira Pablo, ahí viene Paula a adecentar un poco esto y, vaya por Dios, ya está llorando" con una sonrisa pícara en sus labios. Abuela, son cinco años pero sigo acordándome de ti cada día.
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6 comentarios:
Bonitas y emotivas palabras.
Me has hecho recordar tb a mi abuela y a mi abuelo , bonitos recuerdos,a veces los recuerdos son tan vivos,.... ¡¡¡¡vivan los abuelos!!!!! Salu2
yo también tengo esa especie de devoción por mi abuela... que ella se lo ganó, por tener la relación que tuvimos y que ella me dió...
en fin, las abuelas son lo más y gracias por hacermela recordar...
Joder, has hecho que se me salten las lágrimas a mí también,... con lo mala que eres, en ocasiones eres una persona muy dulce...
No te quepa duda de lo alegres que están tus abuelos recordando una nieta tan maja.
Recordar es vivir. Ellos nunca se van, viven en nuestros corazones por siempre. Saludos! :)
UFO: muchas gracias. Es que me pongo un poco tierna en estos días señalados.
Manu: ¡viva! Si mi abuela era lo mejor del mundo para mí, ni te quiero contar mi abuelo que además era mi padrino. El hombre más guapo del mundo, el más cariñoso y el más todo. El amor de mi vida y el hombre que cualquier mujer, medianamente normal, quisiera a su lado ya fuera como padre, esposo, hermano o amigo.
JLO: gracias a ti por comentar. Sí, se lo ganan a pulso con ese amor tan incondicional. A nuestros padres no los perdonamos ciertas cosas pero a nuestros abuelos solemos consentirles todo como hicieron ellos con nosotros cuando éramos pequeños.
Manuel: que se lo digan a Rockland, lo mala malísima que puedo ser en un determinado momento pero el enorme corazón que puedo llegar a enseñar si no se me hace daño. Igualito que tú, vaya. Y reconócelo, eres tan llorón o más que yo, así que como para animarnos el uno al otro. Un beso y ya sabes, no te acostumbres que te me amilanas.
Tadeo: cómo lo sabes. Ellos fueron los que me transmitieron ciertos valores para ir por la vida y les estaré eternamente agradecida.
Gracias a los cinco y salud, boys.
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