Supongo que a estas horas no habrá nadie a 1000 kilómetros a la redonda, que no haya abierto un paquete de mayor o menor tamaño en el día de Reyes. Pues bien, hablando de esto último y de regalos, hay gente que aprovecha estas fechas para auto-regalarse alguna cosilla útil que tiene en mente desde hace tiempo, bien una lavadora a punto de cascar, un Smart TV, un olla a presión... Qué se yo, cosas que se van gastando, rompiendo o que ya no tienen un pase. Leía hace unas semanas que estaban proliferando las ventas de inodoros. Éstos, mucho más cómodos, económicos y ecológicos, están siendo demandados por gente joven y los fabricantes de estos aparatos estaban empezando a despejar su horizonte. Hace unos días, os comentaba lo importante que es en una relación, intentar que cada uno tenga su cuarto de baño. No sólo es que tengamos tempos distintos, queramos mantener nuestra intimidad a toda costa o que algunas nos pasemos horas en él, sino también ese minúsculo detalle que se puede convertir en una batalla cruzada: la famosa, desagradable y fina "lluvia dorada" con la que a una le pueden sorprender. Si se tiene la fortuna de vivir con un caballero, como es mi caso, no suele haber problema pero si la elección no ha sido correcta, esta es la solución. Ellos como en los bares y nosotras como en casa.
Pero si lo que os gusta es el máximo confort, tenéis que utilizar el váter para usos mayores y estáis abiertos a nuevas experiencias, este inodoro con hidromasaje hará de vuestra estancia todo un placer. Recién llegado de Japón, se está haciendo un hueco en las casas europeas a golpe de múltiples servicios. Todos sabemos lo desagradable que es sentarse en un retrete (a mí tampoco me gusta el nombre) con la taza fría y tener que pasar en él unos minutos. Aquí está la solución a todos esos tormentos. Los acogedores "tronos" están dotados (superdotados diría yo) de: calentador de asiento, secador, masaje, ajuste de temperatura e intensidad de chorro de agua, calefacción... Vamos, como para quedarse un rato a leer, coser, cantar, meditar, hablar por el móvil... La única pega es que éste es algo más caro que el citado urinario aunque toda una inversión a largo plazo y calidad de vida.
Espero haberos sido de ayuda ahora que aún estáis a tiempo para cambiar aquella bufanda que os ha regalado la suegra, el pijama de topos que te ha dejado mamá o el cinturón con pocos agujeros para después de las fiestas. Mañana es día 7 y estará todo abierto. No tardéis más.
8 comentarios:
ok, lo tengo en cuenta... no voy al trono si no tengo algo para leer asi que me va a ser útil...
eso sí, a los reyes no sería justo pedírselos, muy pesado para el viaje...
Con tanta comodidad, a ver si me voy a quedar dormido y me ponen falta en el trabajo.
Es normal con tanta mie*a que nos rodea, hay que cuidar al maximo donde pasamos bastante rato!!!
A+
Ps: Por cierto se te abren un monton de paginas de publicidad al querer poner un comentario!!!
jajaja q curioso y digo yo todavia no han inventado el inodorobox ( vater + jukebox) asi haces tus cosillas con la musica que te gusta.
Joder, pues como los mandos del aparato vengan en japonés, me va a dar un miedo usarlo.... A ver si uno de los botones significa " triturar " y te engancha de semejantes partes y ...
JLO: ya sabía yo que alguno me contaría su experiencia personal, lo que no me imaginaba es que tú fueras en primero. Ja, ja, ja.
Reverendo: ¿para qué ir al masajista teniendo un invento así?
Tsi: ehhhh!!! Que yo dije que pasaba mucho rato en el baño pero no en en retrete ¿eh? Aunque visto lo visto, quizá cambiara de opinión. Lo de las páginas de publicidad no sé qué decirte. A mí no se me abre ninguna.
DR.R: no hace falta. En el cuarto de baño de un buen rocker que se precie siempre tiene que haber un buen loro donde escuchar tus clásicos favoritos y favorecer (valga la redundancia) el tránsito intestinal.
Electrified: que no, que no es una picadora. Es como un hidromasaje en la bañera pero en el váter. Yo no lo he probado pero creo que en la mayoría de los hoteles japoneses lo tienen. Así se han quedado todos con esos ojitos. Ji, ji, ji. Perdón por el mal chiste.
Gracias a los cinco y mucha y buena salud si al final os decantáis por cambiar el jersey de rayas por el inodoro.
En un monólogo de Joaquín Reyes, decía que lo probó en Japón y le gustó tanto que lo tomó como un premio. Cada vez que a lo largo del día hacía algo satisfactorio, en vez de celebrarlo con una cerveza fresquita, iba al baño y se aplicaba un chorrito en el ojo de las mil arrugas, a modo de festejo.
Yo aún no he ido a Japón pero lo tengo en mente y espero acabar haciéndolo antes o después. Lo mismo a mí me pasa igual, aunque siendo chica tendré que apretar el botón adecuado para todo tipo de usos, mayores o menores. Ya te contaré la experiencia a la vuelta.
Gracias y salud Electrified.
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