GEORGIA ON MY MIND

Recién llegados como quien dice de Atlanta y con Georgia aún en mi mente, escribiré unas líneas para contaros que salió todo a pedir de boca exceptuando un maldito corte de digestión que me dejó inconsciente durante unos minutos y me tuvo en la cama casi 24 horas.

Ya se sabe, cosas del turista más o menos accidental: unas diarreas, unos vómitos, unas comidas más condimentadas de la cuenta y una delicadeza de estómago que me acompaña desde niña. Pero todo esto carece de importancia en un viaje así. Ni las casi 10 horas de vuelo ida y algo menos de vuelta, ni el bendito calor, ni el empacho de Coca Colas, ni nada de nada pueden empañar la extraordinaria experiencia de esta estancia donde la visita a la casa de Martin Luther King y alrededores, el viaje a Macon, el sensacional concierto de SEGER (con una sola e) y las compras varias en el monstruoso mall de Buckhead, nos dieron más que de lo que podíamos esperar.

De momento, esto es lo que hay. Con todavía la casa patas arriba, fotos sin clasificar y algo de cansancio, la crónica del inolvidable concierto del viejo BOB, tendrá que esperar uno o dos días, así como la irrepetible experiencia en Macon con las míticas tumbas incluidas. Eso sí, os dejo como primer regalo esta tremenda vista desde la habitación del hotel, para que no digáis que no os traigo nada.

Espero que después de este período vacacional ya hayáis regresado al mundo virtual y pueda leer vuestros comentarios. Para algo más de información, podéis pasar por casa Rockland, que se explaya un poco más. Yo os la iré dando poco a poco y espero con buena letra.