MARK LANEGAN: Madrid, 16 de mayo de 2010. Sala Joy Eslava. Crónica, fotos, set-list y vídeos

Aún con el impacto de la muerte de DIO y casi recién llegados de nuestra experiencia LANEGAN, intentaré resumir la intensa tarde-noche de ayer en Madrid.

La primera impresión no siempre es la que cuenta. Unas horas antes de que diera comienzo el show, intentamos ver a MARK LANEGAN para así tener ya el trabajo de las fotos y las firmas hecho. Y casi lo conseguimos. Y digo casi porque cuando el cantante subía las escaleras dispuesto a salir de la sala acompañado por su guitarrista y telonero, vio a un par de dos allí mirándole, se paró en seco, dio marcha atrás y sólo salieron sus acompañantes. Esperamos un rato hasta que éstos llegaron con la cena y nos dimos cuenta de plan del señor LANEGAN.

A las nueve y veinte de la noche salió este hombre de profunda voz, mirada perdida e imponente presencia con una sobria puesta en escena y un perfecto sonido. Desde el mismo instante en que pudimos escucharle supimos que sería una noche muy especial. Visiblemente afectado por algún que otro tic nervioso pero muy concentrado, nos dio todo lo que esperábamos y la sensación de haber asistido a uno de esos conciertos que sabes se repiten pocas veces en la vida. Hemos tenido la suerte este año de poder ver a unas cuantas bandas por los bares de esta ciudad, pero la verdad es que teníamos ganas de “algo más”. Lo necesitábamos como el comer.

Respecto al repertorio, no iré desgranando los temas uno a uno porque ahí tenéis el set-list y ya os podéis hace una idea los que hayáis seguido la carrera de este hombre pero sí destacaré dos momentos especiales para mí como “Wildflowers” y “The river rise” en los que la emoción pudo conmigo por tratarse de dos temas de un par de discos fundamentales en mi vida, sobre todo ese “Whiskey for Holy ghost”. Pero el bolo no sólo se resumió a un par de canciones y ya está. Los 70 cortos pero intensos minutos vividos anoche me los llevaré a la tumba como algo único. Ese comienzo con “When your number isn’t up” con un sonido impecable (adoro esta sala) seguida por esas otras “One way street” y “No easy” fue la introducción perfecta. “Don’t forget me”, “Message”, “Resurrection song”, “Julia river” (Pink Floyd) o la magistral “Jesus program” son solo una muestra más de lo que vivimos ayer.

Y como guinda del pastel y para quitarnos la cara de tontos de antes del concierto, pudimos al fin ver a MARK saliendo de la sala muy serio y dubitativo con las fotos y las dos primeras firmas pero totalmente convencido a medida que iba rubricando los 14 CDs que le fui entregando (lástima que nos dejamos alguno en casa) y que podéis comprobar en la estupenda entrada de Rockland. Y con todo este esfuerzo y constancia y antes de desaparecer, tuve el privilegio de ver la que quizá fuera única, o casi única, sonrisa de la noche. Gracias por ello MARK. De momento, mi concierto del año.

Lo siento por la calidad de imagen de los vídeos. No había prácticamente luz.