MIKE FARRIS & THE ROSELAND RHYTHM REVUE, Sala Acapulco, Gijón. 9 de octubre de 2010. Crónica, fotos, set-list y vídeo

Bueno, ya ha pasado todo. Y en un tris tras. Lo que pudimos ver los ciento y pico (creo) que nos encontrábamos ayer en la sala Acapulco, difícilmente lograremos olvidarlo. Algunos podréis decir que me ciega la pasión, pero si por casualidad le preguntáis a alguien de los que ayer asistimos al show, os dirán lo mismo. Y si no es así es que realmente o no se enteraron de la fiesta (nunca mejor dicho) o no tienen sangre en las venas, que eso también pudiera ser.

Escuchadme bien grupitos del tres al cuarto, jovencitos imberbes y demás pseudo-guerreros del rock and roll, ¡2 horas! Sí, sí, he dicho dos fuckin’ horas encima de un escenario, cantando, bailando, brincando, sudando y gastando esa prodigiosa voz, para deleite de todos los que allí nos encontrábamos y con casi 50 años boys and girls. Media vida dejándose la piel y alguna cosa más haciendo lo que sólo gente de tal calibre puede hacer. Música salida del corazón, de lo más profundo de su alma y de una calidad incuestionable.

A las nueve en punto dio comienzo el show. Es curioso como en esta ciudad la gente deja todo para el último día y los últimos minutos diría yo, pues a menos de media hora para el comienzo del mismo no había ni el tato en la sala. Gracias a ello pudimos colocarnos cómoda y holgadamente en nuestra fila de siempre, la primera. Había una pequeña muralla de amplificadores a cada lado del escenario, algo raro en esta sala, y nos temíamos lo peor pero nada más lejos de la realidad. El sonido de ayer en la sala del Casino fue perfecto por mucho que en la parte final estuviera quizá algo más alto que en sus comienzos.

Como decía, puntualidad británica y THE ROSELAND RHYTHM REVUE asomaban ya por el escenario minutos antes de la entrada estelar de MIKE FARRIS con los primeros acordes del clásico de Jackie Wilson “Your love is lifting me Higher and Higher. Ya desde este primer tema te dabas cuenta de que la noche prometía y que la intensidad estaría latente durante todo el bolo. La espiritual “Oh Mary don’t you weep” fue la encargada ya de situarnos escena. Con “Cain’t no grave hold my body down” ya tenía prácticamente toda la sala rendida a sus pies tanto FARRIS, como el resto de la banda, con la mención especial de las McCrary Sisters a las portentosas y soberbias voces.

Como se pudo apreciar el repaso a ese buenísimo “Salvation in lights” fue exhaustivo y aparte de las ya mencionadas, también sonaron “Streets of Galilee”, “Precious Lord, take my hand”, “Sit down sevant”, “Change is gonna come”, “Take me (I’ll take you there)”, y ya en los bises “Selah! Selah!” y “I’m gonna get there” para cerrar la magnífica noche de blues/ soul/góspel y lo que le echen.

Como sorpresas, el bueno de MIKE también incluyó la nueva “Power of love” que da mucho juego en directo, la tradicional y coreada “Will the Circle be Unbroken”, “Good news” de ese sensacional directo que es “Shout Live!”, una sobrecogedora y muy emotiva “Trouble of the world” de Mahalia Jackson que literalmente me hizo llorar, y por fin, un esperadísimo tema de SCREAMNIN’ CHEETAH WHEELIES también en los bises, “Gypsy Lullaby” del “Magnolia”, él sólo a la guitarra y que fue otro de los momentos cumbres de la noche.

Creo que no me he dejado nada en el tintero aunque difícilmente los que no acudieron al show podrán hacerse una idea de lo vivido, no siendo los que ya hayan tenido el honor con anterioridad de presenciar un concierto de este hombre. Una sala patas arriba, con la gente dando saltos de emoción y cantando como locos, no se logra todos los días que digamos.

Por último, quiero destacar también su exquisito trato con nosotros tanto de su parte como de su encantadora y sensible mujer JULIE y del desparpajo de su hijo CHRSTIAN. Fue un placer charlar, cambiar impresiones, reír y hasta casi llorar tanto antes como después del show. El broche perfecto para un día inolvidable que esperemos no tarde mucho en repetirse.