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domingo, 19 de enero de 2014
Vecinos intrépidos
Estar rodeados de vecinos de diferentes nacionalidades es lo que tiene, que no sabes por dónde te pueden salir. A los tuyos, los de toda la vida, ya los conoces y como mucho pueden pedirte la sal o que bajes un poco la música. En plena tormenta, hace unas semanas se presentaba ante nuestros ojos un intrépido vecino en calcetines. Llamaba a nuestra puerta, tal que Avón, desesperado porque sus llaves se habían quedado dentro de casa mientras él hablaba por teléfono apasionadamente minutos antes. Pretendía acceder a su vivienda, contigua a la nuestra, de terraza a terraza, y nosotros, aterrados ante la situación de ver al inglés estampado en el suelo, le negamos la entrada en un primer momento. No queríamos ser cómplices de aquella desgracia y ya nos veíamos en los telediarios explicando que ya le habíamos avisado. El hombre siguió gesticulando como un loco con la intención de pasar sí o sí, y cuando al fin nos convenció y mientras avanzaba por el pasillo, nos sonsacó una sonrisa revelándonos que de acabar en tragedia nos podríamos quedar con todo su dinero. Tragicómica herencia, sí señor. Se subió en el aparato de aire acondicionado que estaba pegado a la pared y a pesar de su más que mediana edad, logró su objetivo. Hombre a tierra.
Sólo dos días después, eran los vecinos de la margen izquierda los que nos venían con el mismo problema. Esta vez se trataba de una pareja joven pero igualmente despistada. Ni qué decir que les cedimos el paso a la primera, con una sonrisa y dispuestos a asistir de nuevo a este ya habitual espectáculo y a comprobar cuál de los dos tardaría menos en subir por la pared. Esta vez no había aire acondicionada, el suelo estaba seco y además el intrépido vecino estaba hecho todo un atleta a pesar de la plantación de marihuana fumada día tras día. Cómo engañan las apariencias.
Al ser el último piso fantaseamos con la posibilidad de que la madame francesa de abajo nos viniera al poco con un más difícil todavía, pero hasta la fecha, parece ser una señora algo más prudente y poco dada a los olvidos.
Por nuestra parte, decir que cada vez que abrimos la puerta nos repetimos: "La jaula está cerrada", como cuando nuestro querido Elvis nos alegraba la vida voloteando fuera del "nido", que quiere decir, "las llaves están en la mano".
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5 comentarios:
No OS aburría Paulamule!! Ja,ja,ja. Menudo anecdotario más friki estáis viviendo!!. Debe ser embarazoso ser cómplice de un posible homicidio imprudente, yo de vosotros haría firmar un documento que OS desvinculase de un posible accidente... Por si las moscas!!!
Jajaja!! y el de la foto quién es? el vecino fumeta? jajajaja!! a la próxima cobrais aunque sea la voluntad, que si llaman a un cerrajero seguramente les salga más caro! que bueno...
Saludos
tremendo. Pero no creas que son cosas tan raras: en pleno centro de la piel de toro yo he aguantado a: una comuna africana que hacía vudú, una pareja ninfómana, una tía que se dejaba todo el día el despertador encendido, una pareja de ultrasur que pateaban el suelo cuando le metían un gol al Barcelona,un traficante minorista de drogas, con butrón policial incluido y a su mujer loca paseando en taconazos y llorando. Ahora estamos tranquilos, je,je
¡¡¡Dónde quedó lo de la vecinita adorable, por el amor de Dios!!!
jajajajajja, buenas aventuras, desde luego estáis de lo más entretenidos, podíais hacer un reality show y ponerle nota a los saltos y al estilo. Saludos!!!
Pupilo: de momento no ha habido más saltos y la vecina de abajo sólo protestas porque suena la cisterna. Ja, ja, ja. Es lo que tiene ser limpios.
Karlam: bien lo sabes lo que cobran, bien lo sabes. Al de la foto no tengo el gusto pero nuestros vecino corrían algo menos de peligro que esta.
Félix: ja, ja. Lo de la pareja querrás de decir, una pareja recién formada. Recuérdame si me vuelvo a mudar que no te pida recomendaciones. Ja, ja, ja.
Mr. Thunderstruck: seguro que podríamos y seguro también que más de uno de echaría un vistazo, que es lo peor. Ja, ja.
Gracias a los cuatro, a nuestros vecino por inspirar esta entrada y salud, boys.
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