Modas pasajeras

Sigo sin conexión o con, mejor dicho, con ahora sí y cuando te haces ilusiones no, así que no sé en qué quedará esto. De momento sigo escribiendo aunque sea en el Word y si puedo la editaré.

Nunca os lo he dicho pero una de las cosas que más me molestaba de ir al Azkena era la cantidad de mal gusto que veía alrededor. Me explico, afortunadamente parece que esa moda ya ha pasado a mejor vida pero hasta hace creo un par de años era terrible ver a la gente (hombres sobre todo), con la llegada del buen tiempo, con aquellos pantalones pirata flojos y a medio gemelo. Nunca pude comprender cómo personas que parecían medianamente decentes se convertían en una especie de tirados sin vergüenza ninguna. O por lo menos esa es la sensación que tengo cuando veo algún espécimen de esas características.

Sed realistas chicos, ¿acaso es tanta la ventilación corporal con ese tajo a media pantorrilla? No me lo creo, por esa regla de tres podría siempre acortarse algo más hasta el infinito. Es, o mejor dicho era, una moda pasajera, gracias a Dios, que ha sido sustituida por otra mucho más agradable de ver como es el largo por encima de la rodilla. Fueron los más jóvenes los que se atrevieron a doblar el sobrante hasta lo estéticamente correcto. Benditos sean por ello.

Así que ya sabes boy, si aún tienes en casa una de esas joyas del pasado, deshazte de ella lo más rápido posible, bien subiendo la tela en forma de rollo, bien tirando de tijeras, pero hazlo, por favor. Nadie, nadie, ni siguiera los más altos del lugar, han sido capaces de llevar aquellos pantalones pirata con dignidad y menos combinándolos con una camiseta de Deep Purple o con cualquier otra de los grandes dinosaurios del rock. Y sobre todo, no te los pongas jamás, ni siquiera para bajar al perro o a comprar el pan. Todo, por un mundo mejor, gracias.