Uno de los platos fuertes del viaje a Atlanta era sin duda la cercanía de Macon y la posibilidad de acercarse y pasar una jornada recorriendo lugares míticos relacionados con la banda de mi vida, THE ALLMAN BROTHERS BAND. Un maldito e inoportuno corte de digestión, a punto estuvo de dejarme sin visita, y después de 24 horas de ayuno y cama, y sacando fuerzas de Dios sabe dónde, me decidí a hacer el último gran esfuerzo.
A las ocho y media de la mañana nos encontrábamos en la estación de Groome Transportation. Hora y diez de viaje por la Intersate 75 en una cómoda y compartida furgoneta, es sólo un paseo para lo que son las distancias en aquel país.
A las 10 de la mañana ya pisábamos suelo sureño con el Rose Hill Cemetery delante de nuestros ojos. Nadie por aquí, nadie por allá, es decir, nada de mapas con información de dónde están exactamente las tumbas que realmente nos importan. Menos mal que servidores, somos previsores y llevábamos todo (o casi todo mejor dicho) apuntadito ya de casa. Así y todo, habiendo visto fotos y vídeos de las sepulturas y por dónde se tenía que ir, no lo teníamos demasiado claro.
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Tardamos menos de un cuarto de hora en encontrar las dos míticas fosas de los “hermanos” DUANE ALLMAN y BERRY OAKLEY. Solamente una pareja con algo más de despiste que nosotros, se afanaba también por encontrarlas, pero nosotros por suerte dimos primero con ellas. Una verja recorre los cuatro lados entre los que se encuentran los dos Brothers, con lo cual no podemos acceder a ellas, tocarlas ni hacernos las fotos sin nada de por medio. Miro el candado que cierra el vallado y pienso cuántas veces lo habrá abierto GREGG ALLMAN. Fantaseo también con la posibilidad de encontrármelo en ese mismo instante pero The Big Daddy está inmerso en una gira y sencillamente es imposible. El momento, con DUANE y BERRY tan cerca es de una contención inexplicable. Siempre soñé con la posibilidad de ir a Graceland y la cumplí, pero jamás pensé que fuera a visitar el lugar donde me encontraba en ese mismo instante. Fotos, vídeos, pensamientos y mucha emoción, se mezclan en aquel mágico instante. Tan solo 25 años uno y 24 el otro y muertos en tan similares características, hace que nos estremezcamos y que calculemos cuánto podían haber dado de sí si la mala fortuna nos les hubiera asistido tan pronto.
Dejamos atrás a los dos jóvenes músicos, no sin un cierto remordimiento por no pasar aún más tiempo, y nos disponemos a encontrar otro de los nichos míticos de la historia de la banda. “Elizabeth Reed” nos espera (perdón por el chiste) y gracias al sexto sentido femenino y a la “chuleta” que nos decía que se encontraba cerca de las vías del tren, la encuentro de inmediato. Está algo apartada pero al ser la única, de una serie de ellas dispuestas en el suelo, donde la lápida se levanta, se puede ver claramente. Resulta curioso llegar a imaginar la de veces que los miembros de la banda se encontrarían justo en ese lugar del cementerio y su capacidad innata de crear legendarias melodías que harían parte de la historia de la música, como bien nos demuestra el gran DICKEY BETTS en su magistral“In Memory of Elizabeth Reed” del imprescindible “Live at Fillmore East”.
La búsqueda ahora se centra de la “pequeña Martha” (Martha Ellis), una niña de doce años que murió a los doce años de edad y que le sirvió al inigualable DUANE ALLMAN para escribir otro tema mítico titulado “Little Martha”, que haría parte del “Eat a Peach”. Dejamos unas monedas a los pies del mausoleo, volvemos a recordar las notas de la canción y nos despedimos del Rose Hill Cemetery, no sin antes echar un vistazo alrededor por si encontramos la famosa The bond Tomb”, foto de la contraportada del primer álbum. Como no dimos con ella y tampoco divisábamos las famosas escaleras, nos damos por vencidos y seguimos por nuestro largo y particular tour por Macon.
La siguiente parada es la casa que sale en la portada del primer disco de ABB. Al estar la numeración algo confusa, dudamos entre una u otra y al final damos con ella. Mismas columnas, mismas ventanas, mismas baldosas pero no mismos integrantes. Ahí está, 42 años después y aún en pie.
Proseguimos nuestro viaje y lo próximo es un “apartamento” a donde DUANE ALLMAN se mudó a finales del ’69.
Es un gusto pasear por las calles de esta ciudad e ir descubriendo diferentes barrios con sus diferentes construcciones, unas más modestas y otras de más alto standing, cerca de la Universidad de Macon.
Ya en pleno centro, recorremos los diferentes puntos de interés como el Macon Auditorium, el Macon City Hall (Ayuntamiento), la Capricorn Records Company, etc, etc.
A eso de la una, con el sol encima de nuestras cocorotas, el calor haciendo mella y el estómago vacío, paramos en el famoso H&H Restaurant, regido por la incombustible Mama Louise, a reponer fuerzas. Allí estaba la señora tras los fogones y con cara de pocos amigos así que ni siquiera se me ocurrió pedirle una foto. No es un restaurante propiamente dicho como los conocemos aquí en España, sino más bien una especie de tasca con su menú diario y con las paredes llenas de cuadros de todos los miembros de Allman Brothers, no en vano, era uno de sus sitios predilectos a la hora de “cargar baterías”. No fue la mejor comida que he probado en mi vida y, aunque mi estómago aún sufría del día anterior, algo de pollo asado con pasta fue más que suficiente.
Una vez “engrasados” nos metimos una enorme pateada hasta llegar “The Big House”, el museo dedicado íntegramente a ABB, una casa estilo tudor donde vivieron los miembros de la banda a modo de comuna en una gran familia a principios de los ’70 y que podéis ver en la contraportada del “Brothers and sisters”. Regentada por una simpática pareja, fans acérrimos de la banda, y reabierta al público hace poco más de un año, fue todo un placer gozar de toda la casa por dentro, con memorabilia de todos y cada uno de los integrantes del grupo, habitaciones, cocina, sala de estar y hasta una ducha. Pero no me extenderé en este lugar pues nuestro querido Rockland se encargará de facturar un post en condiciones con fotos y todo tipo de explicaciones. Eso sí, es parada obligatoria para cualquier fan de la familia ALLMAN.
Poco quedaba ya para agotar la jornada y volvíamos al centro a inspeccionar lo que nos quedaba en el tintero: la Snow’s Memorial Chapel, donde se celebró el funeral de DUANE...
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el Grant’s Lounge, un club con mucha solera donde tocaron todas las grandes bandas sureñas de la época con las paredes llenas de pósters de éstas...
...los míticos Capricorn Sound Studios, que están a punto de ser derribados y de los que Rockland nos habla en su cuidado blog...
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el Douglas Theatre, donde comenzaron su andadura musical otros dos ilustres de Macon como son LITTLE RICHARD y OTIS REDDING...
...el Georgia Music Hall of Fame...
...el Gran Opera House...
y el Cox Theatre, donde se celebraba el “Red Dog Memorial” (tributo al desaparecido Red Dog Campbell) ese mismo día, al que no pudimos asistir por tener la base de operaciones en Atlanta y acabar demasiado tarde para la vuelta y al que acudieron nada más y nada menos que BUTCH TRUCKS, JIMMY HALL (WET WILLIE), PAUL HORNSBY y muchos más.
A las ocho de la tarde-noche, cogíamos la van de vuelta en un gran y abandonado hotel de la ciudad, bastante cansados pero con la satisfacción del deber cumplido. Una ducha y una buena cena hicieron lo demás. Adios Macon, quién sabe si nos volveremos a ver.
Se me amontonan las noticias pero lo realmente importante de la entrada de hoy es el primer nombre que, además de estar el sábado 25 en el Festival, dará un concierto acústico en la mañana del domingo 26 de junio, gratis en la Plaza Virgen Blanca de Gasteiz, totalmente diferente al que tendrá lugar el día anterior en el recinto de Mendizabala. Imaginaos cómo puedo estar en estos momentos. Si a esto, le añadimos lo del supuesto bolo de MIKE FARRIS en miércoles anterior, me da la impresión de que me voy a tener que quedar en esta bendita ciudad la semana entera, si es que nos tocan las dichosas invitaciones, claro está.
