
Por casi todos los que leéis habitualmente es conocida mi pasión por los dinosaurios del rock (Deep Purple, Black Sabbath, Led Zeppelin, AC/DC, Stones...) y por otros grupos mucho menos conocidos, o reconocidos mejor dicho, pero de gran calidad también (Dan Baird, Monster Magnet, Kyuss, Quireboys...). Por otra parte también sabéis que el rock hispano, salvo contadas excepciones, no suele ser santo de mi devoción y no acostumbramos a dejarnos caer por bolos donde el grupo en cuestión sea español. No es ninguna manía, o quizá sí, no lo sé, pero entre que uno se crió fuera de este país y otra fue como si no estuviera, la cosa está así. No hemos recibido pocas crítica siempre por este motivo pero esto es lo que hay y cada vez se necesita escoger mejor debido a la gran cantidad de conciertos.
Y os preguntaréis qué diantres importa todo lo que os he contado. Pues mucho. Ayer noche, fuimos a ver a un buen grupo español llamado THE SWEET VANDALS que hizo, a pesar de nuestro cansancio, que moviéramos el esqueleto.
Hacía tiempo que había visto a estos chicos por casualidad en una grabación que hice de uno de los conciertos que Radio 3 emiten por la 2. Creo recordar que era Eliott Murphy a quien había grabado y detrás de éste aparecieron THE SWEET VANDALS. Lo que primero me llamó la atención fue la contundencia de su cantante y lo segundo fue su funk bailable y añejo.
Me olvidé de este grupo completamente por la ajetreada agenda de innumerables bolos hasta que hace unos días me mandó Karlam un mensaje comentándome que en las Jornadas de Cabueñes 2009 tocaban un grupo españos que no sonaba nada mal y además gratis total.
Enseguida me fui a su
MySpace y reconocí a su vocalista al instante. Su voz, presencia y forma de moverse eran únicas en el panorama nacional y decidimos ir a ver al grupo.

Llegamos puntuales a la cita según lo anunciado y nos encontramos con que primero actuaría un DJ con un trompetista. Yo, que soy una romántica nostálgica alejada totalmente de la modernidad, decidí que no aguantaría el recital y que mejor sería ir a tomar algo a la espera de ver lo que realmente queríamos. El problema era que el sitio en cuestión está algo alejado de la ciudad y la cafetería más cercana era la del Tanatorio o la del Hospital de Cabueñes, unos metros más allá. Los cinco que fuimos nos decantamos por los muertos en vez de los enfermos, no fuera a ser que se nos pegara algo. En fin, que arcen para arriba allí nos mangamos a hacer algo de tiempo.
A las 11 menos cuarto de la noche salieron THE SWEET VANDALS a escena y eran realmente lo que yo recordaba del vídeo. Un quinteto, guitarra, bajo, batería y órgano Hammond tocado por un buen teclista con el detalle de tener un muñón en su mano izquierda, y la sensacional y negroide voz de su ya mencionada frontwoman llamada MAIKA.
No concozco los dos dicos que han sacado estos chicos al mercado con lo cual no puedo ir comentando los temas que allí cayeron, pero sí puedo decir que fue una noche muy movida. Su música va desde los temas más soul a lo SAM COOKE hasta la faceta más loca y sucia del salvaje JAMES BROWN. Perfectamente arropada por unos buenos músicos, MAIKA se encargó de demostrarnos el lenguaje descarado y grotesco de sus composiciones más profundamente funky y el ritmo más acelerado, febril y dinámico de cuantos se puedan escuchar por estas tierras y alrededores, no en vano es un grupo que está cosechando muy buenas críticas en muchos sitios de Europa.
En definitiva, un buen concierto para pasar una agradable y templada velada al aire libre en pleno mes de septiembre y con los turrones pisándonos los talones.