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Al poco de llegar de nuestro exilio invernal voluntario un asiduo lector, Alberto CG, me preguntaba si ya había escuchado el nuevo disco de Blackberry Smoke y qué me había parecido. Como ya dije en alguna ocasión, estos dos últimos años hemos tenido la conexión a internet limitada y eran unas cuántas las novedades que se me habían acumulado. Poco a poco estoy poniendo solución a aquella carencia y semana a semana, como os prometí, le dedico la tarde del miércoles a hacer la crítica de una novedad o de lo que se tercie.
He de reconocer que le tenía algo de miedo a este nuevo lanzamiento de la banda sureña. El contar con Brendan O'Brien en la producción me echaba un poco para atrás, pues cosa que toca cosa que j***. (Eso). Al afamado productor le gusta darle un toque comercialoide (que no comercial) que no suele ser del gusto de los fans más acérrimos aunque sí de un público más amplio. Esto, realmente, no tengo claro si es bueno o malo. A todas las bandas les gusta hacer la música que les sale del alma pero también que llegue al público. Está claro que si tú, como artista, te dedicas al onanismo creativo, serás muy honesto contigo mismo pero no te comerás un rosco y no harás feliz a mucha de la gente que quizá, de otra forma, se acercaría a tu música o a cualquier otro tipo de arte al que te dediques. Y eso cuando se le puede llamar arte porque hay cada pestiño por ahí...
Pero no nos desviemos del asunto. Como digo, de primeras recelaba un poco de este Holding All The Roses pero, visto el resultado, todo eran infundados y absurdos prejuicios míos. En mi primera cata, aún tenía el nombre de O'Brien en mente y no me dejó del todo buen sabor de boca. Tampoco malo, no me malinterpretéis, pero aún quedaba algo de reflujo. La siguiente, ya aliviado el malestar, disfruté mucho de las estupendas melodías facturadas por los de Atlanta con alguna excepción que detallaré a continuación.
Es lógico que cada vez que una banda tiene un nuevo trabajo en el mercado salgan irremediablemente las comparaciones con sus obras anteriores. Estos chicos lo tenían difícil, pues el nivel de sus tres discos editados era alto. Personalmente os diré que son discos que me gustaron en su día pero no es un grupo al que recurra habitualmente. También me lo pasé en grande en su visita a Gijón hace unos años y me pareció que estaban a un nivel algo superior a la mayoría de bandas que estábamos acostumbrados a ver en pequeñas salas.
Pues bien, sin querer comparar este álbum con sus predecesores, os confesaré que me ha gustado bastante. El comienzo con ese reconocido riff made in The Cult en Let Me Help You me da buen rollo de inmediato aunque el desarrollo de la canción se vaya por otros derroteros. Holding All The Roses es la única excepción o decepción de la que os hablaba con esos coros faciloides y planos. Living In The Song no te complica la vida sino que te la hace más agradable. Rock and Roll Again es su Old Time Rock and Roll particular, simple pero ameno. Woman In THe Moon es un delicado y bello medio tiempo que recuerda mucho a la banda de los hermanos Robinson. Los aires country de Too High son muy de agradecer a mitad del disco. Wish In One Hand tiene también sabor a clasic rock apropiadamente seguida de la instrumental Randolph Country Farewell. Payback's Bitch no la incluiría como descartable porque comienza bien aunque se pierda en cómodas concesiones al gran público. Lo bueno es que le sigue Lay It On Me que no te podrás quitar de la cabeza y que te aseguro cantarás todo el santo día. No Way Back To Eden es otro delicioso y sutil medio tiempo y, para terminar, Fire In The Hole mezcla de las dos bandas suereñas por excelencia, Lynyrd Skynyrd en las estrofas y estribillo y un sugerente solo extraído directamente del Dreams de Allman Brothers.
Sintetizando y saltándote si deseas el tostón que me he cascado, un buen disco, muy disfrutable, que es imposible que te ponga de mal humor y en el que, te aseguro, no confundirás las canciones e incluso recodarás sus títulos.
Nota: 7