Rock and roll never forgets you, BOB. Con este contundente título dábamos por finiquitado una de las noches más emotivas y mágicas jamás vividas a nivel musical. Por fin, el sueño se cumplió y aún no me creo del todo haber visto al de Detroit encima de unas tablas. Y menos a sus casi 66 espléndidos años, con una todopoderosa voz y unas ganas de rockear infinitas.
No sabía muy bien cómo empezar esta entrada. Tengo claras las sensaciones vividas pero no sé si seré capaz de plasmarlas en este blog. Como digo, era uno de nuestros sueños y siempre dijimos que sólo volveríamos a pasar el charco para ver a BOB SEGER en directo. Pues bien, dicho y hecho. Fue un lío incesante el poder conseguir un buen par de tickets y por desgracia los que teníamos derecho al pre-sale, no conseguimos las mejores entradas. Semanas más tarde y por arte de birlibirloque nos hicimos con dos tickets Premium en primera fila. No lo podíamos creer pero era cierto.
El jueves 19 de abril de 2011 a las siete y media de la tarde nos encontrábamos dentro del pabellón Philips Arena de Atlanta. Las sillas estaban perfectamente dispuestas en todo el patio y nos sorprendió lo pegadas que se encontraban al escenario. De hecho, si te quedabas sentado, como hicimos con los teloneros, había parte del escenario que te perdías. Increíble precio por increíble vista, pero como no paramos de saltar y bailar en todo el concierto no hubo ningún problema.
A las 9 menos cuarto de la noche salían al escenario en fila india BOB SEGER & THE SILVER BULLET BAND. A partir de ahí, no me preguntéis cuánto duró el bolo ni cosas muy concretas porque estaba en una nube y no miré el reloj hasta acabar el concierto. Lo único de lo que sí me daba cuenta era de que pasaba a todo meter y los temas discurrían sin cesar con un único mini break de unos minutos que fueron los que duró el “Simpathy for the devil” de los Stones.
Impresionante también la media de edad de los asistentes. Rockland y servidora parecíamos los nietos de todos ellos aunque dicho así pueda parecer pretencioso. A mi lado había parejas de mediana edad pero al de mi querido esposo había un par de pinceles de más de 70 años. Ver para creer. Igualito que aquí vaya. No me imagino yo a esas abuelas exhaustas de cuidar críos todo el santo día, yendo a rockear por la noche a ver al gran BOB, y no por no ser de su época, que por supuesto lo es, si no, entre otras cosas, porque por este santo país nadie parece acordarse del viejo BOB y su extraordinaria banda. Yo recuerdo como en las tiendas de discos de esta ciudad, en los años 80, este tipo vendía sus discos sin problema, pero por circunstancias no muy claras, “la juventud de hoy en día” que rondamos los 40 o menos, parece haberse olvidado por completo de este hombre. Y hacen mal, vaya si hacen mal, pero allá ellos. No se puede o no se debe, amar el rock and roll sin poseer al menos algún disco en casa de este pedazo de músico con alma de soulman, valga de redundancia.
La tanda de clásicos que fueron cayendo uno a uno la tenéis en el set list que me fue entregado convenientemente al venir desde tan lejos. Y es que ese cutre “From Spain” que jamás nos atreveríamos a llevar en otra tesitura, nos abría las puertas al paraíso. El propio BOB se encargó de hacer una mención antes de la inmortal “Mainstreet” al preguntar: “Do you reallly come from Spain?” completamente sorprendido y agradecido. Si hasta ahora estábamos en el cielo, a partir de aquí fue el éxtasis total. ¡El mismísimo BOB SEGER se había fijado y dirigido a nosotros!
Como momentos cumbre de la noche podría destacar unos cuantos más. Por supuesto la entrada con “Roll me away”, sin olvidar el super bailable “Old time rock and roll”; las enérgicas “Ramblin’ gambin’ man”, dedicada a todas las chicas, y “Betty Lou’s gettin’ out tonight”, para los chicos, o la maravillosa “Good for me” al piano, que me arrancó unas cuantas lágrimas al recordar a mi muy añorada abuela. Tras esta maravilla sonó “Shinin’ Brightly” que no está incluida en el set list como podéis comprobar, seguidas de las tremendas “Travelin’ man” y “Beautiful loser” para completar la primera parte del show.
El comienzo con “Nutbush city limits” me pilló viniendo del baño. (Grrrr, dichosos nervios) y otro de mis instantes favoritos fue la vacilona “Come to Poppa”, que no me he podido sacar aún de la cabeza a día de hoy. “Her Strut”, “Sunspot Baby”, “”Horizontal Bop” y “Katmandu”, sobre todo esta última, sonaron como un cañón. Y llegamos a otro de los puntos cumbre del evento con “We’ve got tonight” al piano y cómo no “Turn the page”, con ALTO REED a pocos metros de nuestra jeta deleitándonos con esas famosísimas notas de saxo que han convertido a esta canción en “El Tema” por excelencia de BOB SEGER y por supuesto con todo el pabellón rendido a sus pies.
Los bises fueron también como para echarse el pelo pa’tras: “Against the wind” con BOB a la acústica y quien os habla completamente entregada; “Hollywood nights”, sonando altísimo y con un desfase del personal visiblemente apreciable, servidores incluidos; “Night moves” a la acústica de nuevo, y como final de fiesta total, la inmortal “Rock and roll never forgets”, con la que he comenzado esta extensa entrada y que hizo que nos despidiéramos quizá para siempre del uno de mis cantantes favoritos de todos los tiempos.
Pero todo esto que os cuento no sería lo mismo sin la inestimable ayuda de los miembros y “miembras” de la banda. Una SILVER BULLET BAND integrada por el insustituible ALTO REED al saxofón, flauta, percusiones y guitarra acústica; el eterno CHRIS CAMPBELL al bajo; el imparable MARK CHATFIELD al a guitarra solista, que no dejó de sonreírnos, tirarnos púas y hacer solos imposibles; mis chicos DON BREWER y GRAIG FROST de los míticos GRAND FUNK RAILROAD; la sección de vientos formada por THE MOTOR CITY HORN SECTION, y las tres coristas que arroparon a la perfección la inmejorable voz del Mr. SEGER.
Sé que la entrada ha sido larga pero la ocasión lo merecía y espero haberos transmitido por lo menos la mitad de lo que yo sentí en aquellas míticas 2 horas y cuarto. No sé si volveré a repetir un concierto de este señor en alguna otra ocasión, pero no será por falta de ganas, desde luego. Nuestra primera intención era volver a verle a los dos días en Nashville pero la descartamos días después. Menos mal, pues fue el jueves que estuve en cama todo el día con el corte de digestión. Creo que la primera vez siempre es especial en estos casos y habiéndolo visto tan cerca y siendo el mismo show, pienso ahora que hicimos lo correcto. Pero, quién sabe lo que el futuro nos deparará…