El cartel era de lo más goloso. Desde hace meses teníamos marcada en el calendario esta fecha de THE STEEPWATER BAND & MARC FORD. A los primeros habíamos tenido el gusto de verles hace unos años en una especie de mini-festival en el Poble Espanyol de Barcelona abriendo para GOV’T MULE primero y JOHN MAYALL después, y nos habían dejado un buen sabor de boca. El par de veces que vinieron por esta ciudad no pudimos verles por diversas razones y los comentarios en su última visita fueron de lo mejor, es decir, la expectativa era máxima. A MARC FORD le vimos en un par de ocasiones, una en un festival motero en Sestao del que ya hablaré en otra ocasión y otra en la sala Antzoki de Bilbao. Precisamente fue en este festival donde se encontró por primera vez con THE STEEPWATER BAND y donde surgió esta amistad y colaboraciones posteriores.
Con puntualidad británica arrancaron a las ocho en punto de la noche los de Chicago. Era el preámbulo de lo que creíamos sería una gran noche. Y no digo que no fuera pero faltó algo. Los chicos tocan bien, tienen un buen guitarrista, JEFF MASSEY, un contundente bajista, TOD BOWERS y un batería que cumple a la perfección, JOE WINTERS. Uno de los problemas de la noche fue el sonido, como de costumbre, cosa que puede hacer que te cargues un concierto. No entiendo por qué diantres tiene que estar el bajo por encima de todo y no lo digo sólo yo desde mi sitio, sino desde diferentes ángulos de la sala. Al cantante se le oía a duras penas aunque a momentos la cosa fue mejorando. Otra cosa, la banda, como dije, toca bien pero ellos no tienen mucha alegría que digamos. Les falta capacidad para trasmitir sus emociones desde mi punto de vista. Hay que salir a escena de otra manera no siendo que seas una estrella y te puedas permitir el lujo de salir como te dé la gana. Y encima, a los 45 minutos cuando íbamos entrando en calor, se acabó lo que se daba. Volverían en breve con Mr. MARC FORD.
Antes de las diez y media, el show había terminado y la mayoría de los asistentes nos quedamos con ganas de más. Pudo ser debido a los estrictos horarios de la sala que más tarde se convertiría en otra cosa muy diferente, pero lo cierto es que no duró todo lo que creíamos y creo que MARC FORD y los suyos podían haber dado algo más de sí. Menos mal que al finalizar el bolo se situaron en el puesto de merchandising a firmar todo lo habido y por haber y a hacerse fotos con todo quisqui. MARC, como siempre, muy suave y amable pero algo distante a pesar de esta cautivadora mirada que te puede poner en más de un aprieto. Esperemos poder volver a verlos solos o en compañía de otros y exprimir algo más el jugo para colmar del todo nuestras ansias de rock and roll.
P.D. : los ¡¡¡Modern Talking!!! sonando entre bolo y bolo fue la nota surrealista de la jornada. Viva los 80.