Como ya comenté en una entrada reciente, hace ya unos días que rula por la red el disco que hoy nos ocupa. Tuve la tentación de hacer la crítica de este “By a thread” el mismo día que lo encontré pero hice bien en no precipitarme. Mi primera impresión no fue muy constructiva y quizá no tenía el ánimo para escuchar un disco de este tipo; o también pudo ser que después de comer y con un sol de justicia entrando por la ventana tuviera más ganas de echarme la siesta que de otra cosa.
Sea lo que fuere y después de una docena de veces de escucha creo que estoy en condiciones de comentar un poco acerca de este gran y esperado disco de GOV’T MULE.
Como digo, la primera escucha no fue positiva y me sentí algo decepcionada pero la segunda vez que lo puse en mi reproductor fue otra cosa bien distinta. Con más energía que el día anterior, los temas que ayer me parecieron tristes y aburridos, hoy me parecen llenos de ricos matices y melancólicos. Me explico. Es un disco difícil, que va ganando con el tiempo y que volverá a dar esperanzas, o eso deseo, a aquellos que se habían distanciado de la banda con sus últimos trabajos.
Con la nueva incorporación de Jorgen Carlsson al bajo, Warren Haynes y los suyos facturan un muy buen disco lleno de claros guiños a la música que realmente les gusta. Por aquí pasan los HENDRIX, LED ZEPPELIN, THE BEATLES, escena Seattle y demás, por no hablar de la inestimable colaboración del señor BILL GIBBONS de ZZ TOP.
Pero empecemos por el principio. Este “By a thread” es un álbum de unos 68 minutos de duración dividido en 11 cortes que me voy a atrever a desgranar.
El tema que abre el álbum, “Broke down the brazos”, es puro ZZ TOP como os acabo de comentar, con un BILL GIBBONS al frente y con un potente y pegadizo riff. Duelo de guitarras entre Warren y Bill para acabar el sensacional corte donde nada sobre y nada falta.
La segunda alegría se titula “Steppin’ Lighty”, un tema funky de siete minutos de duración para nada gratuitos donde podemos apreciar por qué WARREN HAYNES es uno de los mejores si no el mejor guitarrista en la actualidad.
Le sigue la folky “Railroad Boy”, que nos hace acordarnos irremediablemente de los grandiosos LED ZEPPELIN. Pero no os engañéis, no es una canción cien por cien ZEP si no sutiles pasajes que le quedan al tema como anillo al dedo.
Y llega el turno de la experimental “Monday mourning meltdown”. Un susto la primera vez que la escuchas pero el tema que más gana para mis gusto a medida que va uno triturando el disco. Con un comienzo muy Pink Floyd, aquí no hay ni rastro de la alegría de los temas anteriores, si acaso el estribillo te da una halo de esperanza pero al instante te devuelve a la realidad y a esas alternativas estrofas que te pueden sumir en una profunda nostalgia. Solos desquiciados, tramos jazzies, y atentos al minuto 6: 24 aproximadamente, donde es inevitable acordarse del “Rain” de los Beatles y sus grabaciones al revés.
El quinto corte, “ Gordon James”, es una delicada canción que bien podría haber facturado los primeros Drive By Trukers. Una bonita canción de rock tradicional americano que casualmente es la más corta del disco.
Con “Any open window” volvemos a recuperar la fuerza y la energía. Un tema frenético y trepidante donde encontramos destellos de HENDRIX y unos solos made en los primitivos GOV’T MULE. Impecable.
Llegamos con “Frozen fear” a la parte más floja del álbum. De hecho es la única que no me gusta nada y cuanto más la escucho menos me gusta. Un flojito tema con ese toque reggae que no aguanto y que si no hubiera entrado en el disco no hubiera pasado nada, es más, se hubiera agradecido.
“Forevermore” es el único tema no inédito del disco. Una canción que muchos ya conocíamos de ese precioso directo “Live at Bonnaroo” grabado en acústico ante una audiencia de más de 80.000 personas. Con estos nuevos matices mejora a la original, todo hay que decirlo.
Y llegamos a la joya del disco, “Inside outside woman blues”. Un potente blues hendrixiano pasado por la poderosa voz de Mr. Warren Haynes. Nueve minutos donde vuelven a recuperar el frescor y la fuerza tan característica de sus primeros y añorados discos. Un pedazo de tema del que no sobra ni una coma y estos cuatro chicos sonando como debe sonar una banda de sus características. Ya me imagino escucharla en Madrid el próximo mes. Será uno de los momentos de la noche sin lugar a dudas.
Este penúltimo track del disco, “Scenes from a troubled man”, es un medio tiempo con un riff repetitivo que se te acaba quedando en la mente como si estuviera pegado con cola y donde también podemos encontrar de nuevo la influencia LED ZEPPELIN.
Y para rematar la faena, “World wake up”, un angustioso y perturbador tema que te hunde el día definitivamente. No me gustaba según lo escuché la primera vez pero hay que reconocer que no está nada mal. Es una canción que bien podría haber firmado el otrora atormentado CHRIS CORNELL en su primer disco en solitario.
En fin, como veis, hay un poco de todo pero siguen siendo ellos, no hay duda. Un muy buen disco no apto para principiantes en Gov’t Mule y que, estoy segura, será un gran placer escuchar en directo dentro de nada.