Creía haber cerrado el blog definitivamente con la muerte de mi abuela pero no ha sido así. Tuve la tentación de volver a él con el mazazo del fallecimiento de Butch Trucks y aún más al morir el más grande entre los grandes Mr. Chuck Berry. No lo hice por encontrarme en mi exilio anual habitual y por dejar sellada esta bitácora de una vez por todas. Ayer noche, y en plena mudanza, Rockland me daba la noticia y una punzada en el estómago me dejaba sin poder decir nada. A nadie se le escapa lo que Allman Brothers supone para mí y Gregg Allman en particular,
Hace unos años tuve la gran suerte de conocerlo en persona y mis sueños se vieron cumplidos con creces. Llamadas de teléfono, emails y hasta una invitación, que de haber sido otro mi estado hubiera sido irrechazable, fueron más de lo que cualquier seguidor de la mítica banda pueda pedir. Aún guardo esos correos como oro en paño en mi bandeja de entrada para asegurarme que no fue un sueño.
Sabía que se estaba muriendo pero no cuándo sería el fatal desenlace. Al fin, ayer, 27 de mayo, en pleno zafarrancho de combate, con la casa patas arriba y a punto de cambiar defitivamente de lugar de residencia, me enteraba de la noticia. Estoy triste, muy triste. Es momento de cambios en mi vida y de despedidas y, aunque lo hago convencida y contenta por ello, no puedo evitar ese desasosiego de dejar a seres queridos que no sabes si volverás a ver algún día. A ti, Gregory, ya no será posible.
Hace unos años dije que cerraría el blog el día que Mr. Gregory Lenoir Allman dejara este mundo. Pues bien, ese momento ha llegado. Gracias a todos por vuestra dedicación e infinita paciencia y a Gregg Allman por dejarme al menos un pequeño hueco en su prolija e intensa vida.
Descanse en paz.